Todos salven a la autoestima: una batalla entre verdes y celestes


La autoestima como cebo. Peleamos entre nosotros para un grupo de poderosos sentados en una oficina. Discutimos, humillamos y hasta matamos por una ideología. La mayoría de las veces no sabemos qué nos beneficia pelear por alguna causa, pero, nos sentimos bien. Y esa es tu recompensa por parte de los de arriba. La batalla del ego: ¿principio o final?

Jeremías Gabriel Gorostiague Covino
jggorostiague@outlook.com

Vivimos en un mundo donde la psiquis humana depende únicamente del sexo y la autoestima. Creamos sectas y dualidades sólo para pertenecer a un grupo. ¿Verdes o celestes? Qué más da, en el fondo sólo es un intento del ego para mantenerse fuerte. ¿Ustedes creen que la igualdad se logra a base de polarizar todo? Que equivocados estamos.

Inflamos nuestra autoestima intentando ser lo que no somos. Buscamos sentirnos importantes, defendiendo lo que el sistema nos dice. Nos mostramos como indestructibles. Pero, mientras más “abiertos” estamos, más corrompido está nuestro interior. Y esa es la herramienta que utilizan ellos.


Verdes y celestes: la dualidad del ego


¿Qué nos lleva a defender a estos colores? ¿Será una lucha? ¿Será el ego? Lo he dicho en otras ocasiones: el ser humano necesita pertenecer a un grupo. Por un lado, está el neo-feminismo: una invención de la izquierda para subsistir, creando a un ejército de mujeres que buscan derribar a un supuesto “patriarcado” que las oprime. Del otro lado están los celestes, un grupo de defensores de lo arcaico. La Iglesia Católica pone muchísimo dinero para mantener a esta “ideología”, donde se encuentran personajes que constantemente buscan el “lavado de cerebro” entre sus seguidores. Este es el caso de Agustín Laje, un sujeto que salió de la nada, justamente con el “boom” de los defensores por la legalización del aborto. Fue puesto allí para que el sistema arcaico que posee la Iglesia no se derrumbe o, por lo menos, no pierda súbditos.

Todos los defensores de estas corrientes de “pensamiento” tienen un sujeto en común: la autoestima. Si no diera placer hacer comer el polvo a tu rival, nadie estaría apoyando a estas causas. Al aborto lo defienden mujeres que jamás se practicarán una interrupción voluntaria del embarazo y, a los que están en contra, jamás la Iglesia va a hacer algo por ellos. Todos somos marionetas de los poderosos y no nos damos cuenta. ¿Hasta ahora?   

Nota del autor: Para despejar dudas sobre si el título del artículo en cuestión está bien escrito o no, quiero aclarar que la utilización de "...a la autoestima" es meramente a propósito. La palabra "autoestima" es utilizada como un sustantivo propio y no como uno común, por ende, puede suceder que dé la noción de un error ortográfico.  

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