¿Qué cosas pasaron?



Franco Tomassich
francotomassich@gmail.com

El domingo 9 de septiembre de 2018, el presidente argentino Mauricio Macri se refirió a la crisis económica que aqueja el país conducido por la coalición Cambiemos. Lejos de dar explicaciones contundentes, el mandatario eligió la salida más pragmática, aunque menos honrosa: echarle la culpa de la crisis argentina a la coyuntura mundial. De esta manera, y con escasa autocrítica, el presidente expresó: "veníamos bien, pero de golpe pasaron cosas."
   
Al parecer, para Macri, la explicacion a la difícil situación argentina, debemos encontrarla en un mundo cambiante y volátil, entendiendo que las consecuencias son el resultado de un contexto externo, adverso y condicionante. Tremendas son las circunstancias, que según Macri, nos impiden levantar la cabeza y nos vuelven a dejar en las puertas de ese proyecto moderno de progreso sustancioso, basado en el trabajo de la gente y en el desarrollo genuino, que tantas veces nos prometieron.
   
En la misma entrevista, a cargo del periodista Lanata, el presidente hace otras salvedades y se expresa con mucha dificultad sobre la realidad argentina. Fue un discurso poco convincente que solo pudo persuadir a sus seguidores más fervientes. Allí expió culpas y responsabilizó a los artífices de la actual realidad argentina: las tormentas externas mundiales y la gestion anterior.
   
"Pasaron cosas" fue una declaración que nos hizo explotar de la risa, dada la pobreza argumental del mandatario argentino. Entendemos que las coyunturas son resultados de procesos complejos que las autoridades deben comunicar debidamente a sus representados, mediante una explicación clara y completa al considerar la totalidad de las variables implicadas. Culpar a otros, poner excusas, responsabilizar a "tormentas" o "cosas", son actitudes propias de un niño inexperto que ha cometido una travesura. Claro está que nuestro presidente no comete travesuras, no es un niño y sus actos repercuten en la totalidad de la población argentina.

Hechas estas aclaraciones, estamos seguros que nuestro presidente dificilmente se cure con una penitencia en el rincón. Seremos nosotros, los ciudadanos de a pie, los que deberemos atender a la cuestión pública, informándonos oportunamente, valorando los hechos y acudiendo a las urnas con la responsabilidad debida. Somos nosotros quienes tenemos la posibilidad y la responsabilidad de construir un futuro previsible, dichoso y más justo.
  
Les damos la bienvenida a este rincón que invita a pensar con claridad y sobre todo, a ponerse en el lugar del otro.

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