Italia no quiere asistir a nadie, ¿la vuelta del fascismo?


Nadie los quiere, nadie los recibe. Su continente se muere de hambre y pobreza. Los inmigrantes y el alarmante despertar del fascismo en Italia. 

Agustina Di Natale
Invitada especial desde Florencia, Italia

Todos los días cuando camino por las calles de Florencia (mi ciudad) puedo observar a decenas de personas que viven en la vía pública, sin nada. En el sur (principalmente la isla de Sicilia) la situación es alarmante.

El gobierno de Giuseppe Conte rechaza fuertemente el ingreso de deportados provenientes del norte de África. Y esto se ve también reflejado en la sociedad italiana. El país no quiere ser sede de un refugio humanitario. Además hay que añadir que los niveles de pobreza en Italia llegan al 18% de la población, una de las cifras más altas en todo el continente europeo. La sociedad y el gobierno de Conte responsabilizan a los deportados como culpables de estos nefastos indicadores, mientras que nadie habla de los casos de corrupción que existen en el Estado italiano.

El italiano promedio, principalmente en el norte (las regiones más ricas) rechazan firmemente a los deportados de África y Siria. Allí se los considera como “un estorbo” para el progreso del país. Mientras que en el sur y la, ya mencionada, isla de Sicilia reciben diariamente a los inmigrantes. No porque lo deseen, sino porque la Comunidad Europea así lo ordena. La sociedad en general está furiosa con esta medida, llevando velozmente a la vuelta de ideologías xenófobas (como el fascismo).

Estos son acontecimientos que hay que tener en cuenta. Son situaciones que se podrían evitar combatiendo la pobreza en África y, también, evitando el uso de división racial para la propaganda política en Italia. Prestemos atención antes de que sea tarde.

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